El precio del barril de petróleo Brent -de referencia en Europa- continuó ayer su vertiginoso descenso e incluso llegó a situarse por debajo de los 50 dólares, aunque al final de la jornada remontó tímidamente y cerró la sesión por encima de los 51 dólares. Esta espiral bajista ha situado los precios en niveles nunca vistos desde mayo de 2009, en pleno apogeo de la peor crisis internacional de las últimas décadas.

Son varias las causas de este abaratamiento, aunque pueden agruparse fundamentalmente en dos: exceso de oferta y retroceso de la demanda. Se trata, sin duda, de las dos caras de una misma moneda, pero lo cierto es que hasta que el mercado petrolero no encuentre un nuevo punto de equilibrio los precios seguirán bajando. De hecho, algunos expertos pronostican que el barril de crudo podría llegar a venderse a apenas 10 dólares.

La contracción del consumo de productos petrolíferos se debe, en parte, a la atonía de los mercados, que no crecen al ritmo esperado. Sin embargo, el principal factor que explica esa reducción de la demanda es la recientemente lograda independencia energética por parte de Estados Unidos, primer consumidor mundial de petróleo, gracias al fracking.

Esta técnica permitió al país norteamericano alcanzar uno de sus objetivos primordiales desde que en la década de los 70 la Crisis del Petróleo pusiera en jaque la primera economía mundial. Desde aquellos días de 1973, Estados Unidos ha perseguido con contumacia la autosuficiencia en lo que a energía -y más concretamente gas y petróleo- se refiere.

El fracking ha permitido a los estadounidenses alcanzar esa independencia energética, aunque esta técnica únicamente es rentable con unos precios del crudo por encima de los 80 dólares. El petróleo y el gas de esquisto son caros de extraer, por lo que un barril a 50 dólares hace inviables los proyectos de fracking.

Petróleo barato vs. fracking
Los principales productores mundiales de petróleo saben que un petróleo barato asfixia alfracking, por lo que durante el último encuentro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, Opep, Arabia Saudí, principal productor y nación que lleva la voz cantante en el cártel petrolífero, decidió mantener el nivel de producción pese al desplome de la demanda, lo que inevitablemente significa una reducción del precio.

Este descalabro es perfectamente asumible tanto para Arabia Saudí como para otrosproductores del Golfo Pérsico, que cuentan con reservas de crudo fáciles y baratas de extraer, con lo que podrían aguantar varios meses con el barril de petróleo en apenas 20 dólares y con ello ir eliminando competidores.

Consecuencias
Entre estos competidores que ven el petróleo barato como una amenaza se encuentran el propio Estados Unidos, que ve cómo su panacea para alcanzar la independencia energética está dejando de ser rentable. De hecho, en las últimas cuatro semanas no se ha llevado a cabo ninguna perforación en busca de petróleo de esquisto en territorio norteamericano.

También contemplan con especial preocupación el abaratamiento del petróleo naciones que dependen mayoritariamente de este recurso, como Venezuela, Ecuador o Rusia, que ya han anunciado recortes presupuestarios debido a la merma de ingresos que sufren debido al desplome de los precios del petróleo.

Mientras, en España la caída de la cotización del barril de crudo no tiene una correlación directa con los PVP que los consumidores pagan por los carburantes en el surtidor. Aunque el combustible sí se ha abaratado en nuestro país, no lo ha hecho en la misma proporción que el crudo. Así, mientras desde junio de 2014 el petróleo ha bajado más de un 56%, el litro dediésel “sólo” es un 18% más barato.

No obstante, las petroleras, por boca de su patronal AOP, sostienen que “el precio de los carburantes en el surtidor refleja los movimientos del mercado internacional al por mayor”. Los operadores petrolíferos aseguran que “el precio antes de impuestos en el surtidor sigue los movimientos del coste de aprovisionamiento, tanto en las subidas como en las bajadas”.